Parashá Lej Lejá (Vete para ti)
Parashá 03 del Séfer Bereshít (Génesis). Parashá 03 de la Torah. Moréh Jonathan Colina
Shalom, esta semana estaremos estudiando la tercera porción de Bereshít (Génesis), el cual es llamada Lej Lejá que traduce como: Vete para ti.
Las aliot de esta Parashá son las siguientes:
Primera aliá (12:1-13): El llamado a Avraham y sus viajes.
Segunda aliá (12:14-13:4): Avraham y Sará en Egipto.
Tercera aliá (13:5-18): La separación de Avraham y Lot. El Eterno le asegura a Avraham que recibirá la tierra de Israel.
Cuarta aliá (14:1-20): La guerra de cuatro reyes contra cinco.
Quinta aliá (14:21-15:6): La profecía de Avraham.
Sexta aliá (15:7-17:6): El pacto entre Elohim y Avraham. El nacimiento de Ishmael. Avram pasa a llamarse Avraham.
Séptima aliá (17:7-27): El pacto de la circuncisión. Sarai pasa a llamarse Sará. Avraham y toda su gente se circuncidan.
Lo primero que vemos en esta porción es que Adonai le hace un llamado a Avraham y con ello la exigencia de salir de todo el mundo exterior que lo rodea. Esta demanda a nuestro punto de vista puede evaluarse de forma inversa, porque Adonai le dice que debe salir de la tierra, de la parentela y de la casa de su padre, pero de forma natural esto es imposible, porque primero hay que salir de la casa de su padre, luego de su parentela y luego finalmente de la tierra.
Con esto Adonai nos enseña que cada llamado que El hace no puede evaluarse o verse de forma natural, sino dentro del ámbito espiritual. Pero también al decirnos que lo primero que debe dejar es su tierra, nos muestra que al emprender un viaje hacia nuestro mundo interior es necesario primero cortar con la idolatría y el paganismo de nuestra tierra, que en este caso representaba Ur de los caldeos.
Aparte de eso debía abandonar su parentela, que no solo expresa un lugar físico o geográfico, sino también la forma de pensar, hablar y actuar que era propia de ese lugar.
Obviamente él tuvo que abandonar la cultura propia de su nacimiento y con ello también las ideas y creencias de su padre, que por supuesto cada uno de ellas construye nuestro carácter y se expresa a través del comportamiento. Con todo eso también es necesario cortar, porque en el servicio al Eterno no podemos decir: “así soy yo, así me criaron mis padres”, porque el Eterno para utilizarnos necesita que cortemos con todo eso.
Para cortar es necesario hacer un Lej Lejá, que es precisamente lo que el Eterno le pide a Avraham. Lej leja significa vete, quiere decir que el lugar donde él estaba no le iba a ayudar a cumplir el propósito y por eso el Eterno le dice que ya no esté allí, que se vaya al lugar donde Él le dijera.
Los sabios enseñan que La expresión Lej significa: vete, anda, ve, sale, y la palabra Lejá quiere decir hacia ti, por lo que el Eterno le está diciendo vete hacia ti.
Lej lejá también significa vete por ti, vete por ti mismo, vete por tu propio bien o bienestar, vete para ti.
El Eterno le estaba haciendo una invitación a Avraham para encontrarse consigo mismo y la única manera de alcanzarlo es saliendo de su entorno familiar, de sus propias limitaciones, dejando de mirar su alrededor para entonces mirar muy dentro de él, para descubrirse, desarrollar y expandir todo el potencial espiritual.
El problema fue que no cortó completamente con su entorno familiar, con él se llevó a su sobrino Lot y hasta que no se separó de lot el Eterno no le sigue revelando y mostrando el sendero.
Lo otro es, que luego de la salida lo primero que consigue Avraham fue una hambruna, esto nos enseña que desde el primer momento que decidimos emprender el viaje a nuestro yo verdadero, entonces el Eterno nos comienza a probar para medir la autenticidad de nuestro compromiso, si realmente estamos convencidos del paso que damos.
Por lo tanto, la vida de Avraham es una tipología de la vida que nos toca vivir en este mundo, cuando somos llamados, cuando el Eterno nos procesa y nos prueba para cumplir una misión particular.
Si no entendemos esto, siempre viviremos frustrados, preocupados, reclamando al Eterno por las situaciones vividas, cuando realmente es la mejor muestra de su amor hacia nosotros.
Todo este viaje comienza con un Lej Lejá, es necesario dejar para poder recibir. Y quizás, dejar duele, pero es una muestra fehaciente al Eterno que estamos comprometidos y que Él y su propósito es lo más importante.
Cabe destacar que en tiempos antiguos cuando un Maestro le daba una bendición a su discípulo le decía: *“Que veas tu mundo en tu vida”.* Y esto no es ajeno a lo que el Eterno le pidió a Avraham y nos pide a nosotros.
El Eterno desea que alcancemos nuestro yo verdadero, que podamos ver nuestro mundo interior, que podamos conocernos a nosotros mismos.
Para ello es necesario alejarnos de todo y de todos, porque en el momento que hacemos Lej Lejá, entonces dejamos de estar perdidos entre tantas personas, para conectarnos con nuestro Padre Eterno y verdaderamente encontrarnos a nosotros mismos.
Berajot!
Moréh Jonathan Colina
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